Beato Carlos Manuel 22
Problemas sociales y los anticonceptivos
La formación integral del Beato queda manifiesta en el modo de afrontar los problemas sociales de su tiempo. Por ejemplo, en algunos escritos del Beato, vemos sus esfuerzos por combatir la propaganda que se hacía a favor de los anticonceptivos y de la esterilización de las mujeres.
Con la vinculación a los Estados Unidos el analfabetismo baja, pero también desciende la tasa de crecimiento demográfico, la economía de tradicional y agrícola ha pasado a ser mixta y equilibrada, crecen los cristianos no católicos y aumenta la indiferencia religiosa.
El Beato promueve también los valores patrios y su consiguiente desarrollo. En las elecciones de 1960 las autoridades eclesiásticas aprueban públicamente el partido “Acción cristiana” como reacción al atropello a la Iglesia en materias de fe y moral. Se rechaza a la religión en la escuela pública, el gobierno patrocina prácticas maltusianas, esterilizaciones, etc. Este contexto social es conocido y afrontado por el Beato. Para contrarrestarlos publica un boletín de cultura cristiana y trabaja infatigablemente en la formación de las personas. En 1951 escribe así a un compañero de estudios que aplaude los métodos anticonceptivos:
“Lo que de por sí es inmoral jamás puede justificarse, y tales prácticas son en sí mismas inmorales. Más aún, no sólo van contra la moral cristiana, sino contra la más elemental moral natural. Luego nuestro deber, no sólo como católicos, sino como simples humanos con un sentido elemental de moral, es oponernos incondicional y enfáticamente a tales predica”.
(cf. Tesina de licenciatura de Yoni Palomino Bolívar, «Vivimos para esa noche”: Beato Carlos Manuel Rodríguez, Un apóstol contemporáneo de la liturgia).
Es interesante que para ese momento, aún no se había publicado la encíclica Humanae vitae del B. Pablo VI que confirma el punto de vista magisterial sobre este tema, que la Iglesia sigue manteniendo hoy, reforzada por la enseñanza de S. Juan Pablo II y los efectos que vemos hoy de no haber seguido la enseñanzas profética de Pablo VI. Nuestro beato ya estaba en armonía con el magisterio eclesial en este tema tan controversial.
La formación integral del Beato queda manifiesta en el modo de afrontar los problemas sociales de su tiempo. Por ejemplo, en algunos escritos del Beato, vemos sus esfuerzos por combatir la propaganda que se hacía a favor de los anticonceptivos y de la esterilización de las mujeres.
Con la vinculación a los Estados Unidos el analfabetismo baja, pero también desciende la tasa de crecimiento demográfico, la economía de tradicional y agrícola ha pasado a ser mixta y equilibrada, crecen los cristianos no católicos y aumenta la indiferencia religiosa.
El Beato promueve también los valores patrios y su consiguiente desarrollo. En las elecciones de 1960 las autoridades eclesiásticas aprueban públicamente el partido “Acción cristiana” como reacción al atropello a la Iglesia en materias de fe y moral. Se rechaza a la religión en la escuela pública, el gobierno patrocina prácticas maltusianas, esterilizaciones, etc. Este contexto social es conocido y afrontado por el Beato. Para contrarrestarlos publica un boletín de cultura cristiana y trabaja infatigablemente en la formación de las personas. En 1951 escribe así a un compañero de estudios que aplaude los métodos anticonceptivos:
“Lo que de por sí es inmoral jamás puede justificarse, y tales prácticas son en sí mismas inmorales. Más aún, no sólo van contra la moral cristiana, sino contra la más elemental moral natural. Luego nuestro deber, no sólo como católicos, sino como simples humanos con un sentido elemental de moral, es oponernos incondicional y enfáticamente a tales predica”.
(cf. Tesina de licenciatura de Yoni Palomino Bolívar, «Vivimos para esa noche”: Beato Carlos Manuel Rodríguez, Un apóstol contemporáneo de la liturgia).
Es interesante que para ese momento, aún no se había publicado la encíclica Humanae vitae del B. Pablo VI que confirma el punto de vista magisterial sobre este tema, que la Iglesia sigue manteniendo hoy, reforzada por la enseñanza de S. Juan Pablo II y los efectos que vemos hoy de no haber seguido la enseñanzas profética de Pablo VI. Nuestro beato ya estaba en armonía con el magisterio eclesial en este tema tan controversial.