La familia, un tesoro precioso
El Santo Padre concedió audiencia en el Vaticano a los participantes en el encuentro promovido por la Federación Europea de las Asociaciones Familiares Católicas. Allí dijo que las familias no son “piezas de museo”, sino que en realidad son un “tesoro precioso” por el que todos debemos tener gran estima. “En efecto, las familias no son piezas de museo, sino que por medio de ellas se concreta la capacidad de darse, el compromiso recíproco y la apertura generosa a los demás, así como el servicio a la sociedad”.
El Papa destacó que la familia es “la célula fundamental de la sociedad”. Explicó que “en Amoris laetitia quise poner en evidencia cómo a partir de la familia podemos concretar la capacidad de entregarse a los demás por medio de la belleza y de la alegría del amor recíproco”.
Por ello, pidió un mayor peso de la familia en la sociedad y que su voz sea escuchada. “No hay mejor aliado para el progreso integral de la sociedad que favorecer la presencia de la familia en el contexto social”.
“De hecho, se sigue admitiendo que la familia es la base de la sociedad y que continúa siendo la estructura más adecuada para asegurar a las personas el bien integral necesario para su desarrollo permanente”.El Papa puso en valor los beneficios que, tanto para la persona como para el conjunto de la sociedad, tiene la unidad de la familia: “Quiero evidenciar cómo la unidad de todos los miembros de la familia y el compromiso solidario de toda la sociedad hacia ella, son aliados del bien común y de la paz”.
“La familia es la relación interpersonal por excelencia en cuanto que es una comunión de personas”, subrayó. “Conyugalidad, paternidad, maternidad, filiación, fraternidad hacen posible que la persona sea introducida en la familia humana”.“El modo de vivir estas relaciones –continuó– se dicta en comunión, motor de la verdadera humanización y de la evangelización. Por ello, hoy más que nunca, resulta necesaria la cultura del encuentro, en la cual se revaloriza la unidad en la diferencia, la reciprocidad, la solidaridad entre generaciones. Este ‘capital familiar’ está llamado a impregnar las relaciones económicas, sociales y políticas del continente europeo”.
La familia “necesita salir de sí misma, necesita dialogar y encontrarse con los otros para dar vida a una unidad que no sea uniformidad, y que genere el progreso y el bien común”.
El Papa también recordó lo mucho que las familias deben a los que les precedieron, a los antepasados, que “son la memoria permanente que nos debe motivar a poner la sabiduría del corazón, y no solo la técnica, en la creación de iniciativas sobre la familia y para la familia. Ellos son la memoria, y las nuevas generaciones son la responsabilidad que tenemos ante nosotros”.
“El servicio a la sacralidad de la vida se concreta en la alianza entre generaciones; se concreta en el servicio a todos, especialmente a los más necesitados, a las personas con discapacidades, a los huérfanos”.
Se concreta, también, “en la solidaridad con los migrantes; en el paciente arte de educar que ve a cada joven como un sujeto digno de todo el amor familiar; en el derecho a la vida del nasciturus que todavía no tiene voz; y en condiciones de vida dignas para los ancianos”.
El Santo Padre también animó a “desarrollar con creatividad nuevos métodos y estrategias con el fin de que la familia pueda ejercitar, tanto en el ámbito eclesial como en el civil, la triple misión de sostenimiento de las nuevas generaciones, de acompañamiento en el camino, tantas veces accidentado, de la vida, y de la guía que muestran las referencias de los valores y del significado en el camino de cada día”.
“En especial, Europa atraviesa en este momento por cuatro crisis: la demográfica, la migratoria, la laboral y la educativa”. “Estas crisis podrían encontrar horizontes positivos en la misma cultura del encuentro, donde diferentes actores sociales, económicos y políticos se unen para designar políticas en favor de la familia”, subrayó (cf. aciprensa)
Esto que dice el Papa lo podemos aplicar igualmente en nuestro país. Reflexionemos en sus palabras.
Oración por la familia
Padre Celestial, nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia de Nazaret. Ayúdanos, Padre amado, a hacer de nuestra familia otro Nazaret, donde reine el amor, la paz y la alegría.
Que sea profundamente contemplativa, intensamente eucarística y vibrante con alegría. Ayúdanos a permanecer unidos por la oración en familia en los momentos de gozo y de dolor. Enséñanos a ver a Jesucristo en los miembros de nuestra familia especialmente en los momentos de angustia.
Haz que el corazón de Jesús Eucaristía haga nuestros corazones mansos y humildes como el suyo y ayúdanos a sobrellevar las obligaciones familiares de una manera santa. Haz que nos amemos más y más unos a otros cada día como Dios nos ama a cada uno de nosotros y a perdonarnos mutuamente nuestras faltas como Tú perdonas nuestros pecados.
Ayúdanos, Padre amado, a recibir todo lo que nos das y a dar todo lo que quieres que demos con una gran sonrisa. Amén.
(Inspirada en una oración de Santa Teresa de Calcuta)
El Papa destacó que la familia es “la célula fundamental de la sociedad”. Explicó que “en Amoris laetitia quise poner en evidencia cómo a partir de la familia podemos concretar la capacidad de entregarse a los demás por medio de la belleza y de la alegría del amor recíproco”.
Por ello, pidió un mayor peso de la familia en la sociedad y que su voz sea escuchada. “No hay mejor aliado para el progreso integral de la sociedad que favorecer la presencia de la familia en el contexto social”.
“De hecho, se sigue admitiendo que la familia es la base de la sociedad y que continúa siendo la estructura más adecuada para asegurar a las personas el bien integral necesario para su desarrollo permanente”.El Papa puso en valor los beneficios que, tanto para la persona como para el conjunto de la sociedad, tiene la unidad de la familia: “Quiero evidenciar cómo la unidad de todos los miembros de la familia y el compromiso solidario de toda la sociedad hacia ella, son aliados del bien común y de la paz”.
“La familia es la relación interpersonal por excelencia en cuanto que es una comunión de personas”, subrayó. “Conyugalidad, paternidad, maternidad, filiación, fraternidad hacen posible que la persona sea introducida en la familia humana”.“El modo de vivir estas relaciones –continuó– se dicta en comunión, motor de la verdadera humanización y de la evangelización. Por ello, hoy más que nunca, resulta necesaria la cultura del encuentro, en la cual se revaloriza la unidad en la diferencia, la reciprocidad, la solidaridad entre generaciones. Este ‘capital familiar’ está llamado a impregnar las relaciones económicas, sociales y políticas del continente europeo”.
La familia “necesita salir de sí misma, necesita dialogar y encontrarse con los otros para dar vida a una unidad que no sea uniformidad, y que genere el progreso y el bien común”.
El Papa también recordó lo mucho que las familias deben a los que les precedieron, a los antepasados, que “son la memoria permanente que nos debe motivar a poner la sabiduría del corazón, y no solo la técnica, en la creación de iniciativas sobre la familia y para la familia. Ellos son la memoria, y las nuevas generaciones son la responsabilidad que tenemos ante nosotros”.
“El servicio a la sacralidad de la vida se concreta en la alianza entre generaciones; se concreta en el servicio a todos, especialmente a los más necesitados, a las personas con discapacidades, a los huérfanos”.
Se concreta, también, “en la solidaridad con los migrantes; en el paciente arte de educar que ve a cada joven como un sujeto digno de todo el amor familiar; en el derecho a la vida del nasciturus que todavía no tiene voz; y en condiciones de vida dignas para los ancianos”.
El Santo Padre también animó a “desarrollar con creatividad nuevos métodos y estrategias con el fin de que la familia pueda ejercitar, tanto en el ámbito eclesial como en el civil, la triple misión de sostenimiento de las nuevas generaciones, de acompañamiento en el camino, tantas veces accidentado, de la vida, y de la guía que muestran las referencias de los valores y del significado en el camino de cada día”.
“En especial, Europa atraviesa en este momento por cuatro crisis: la demográfica, la migratoria, la laboral y la educativa”. “Estas crisis podrían encontrar horizontes positivos en la misma cultura del encuentro, donde diferentes actores sociales, económicos y políticos se unen para designar políticas en favor de la familia”, subrayó (cf. aciprensa)
Esto que dice el Papa lo podemos aplicar igualmente en nuestro país. Reflexionemos en sus palabras.
Oración por la familia
Padre Celestial, nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia de Nazaret. Ayúdanos, Padre amado, a hacer de nuestra familia otro Nazaret, donde reine el amor, la paz y la alegría.
Que sea profundamente contemplativa, intensamente eucarística y vibrante con alegría. Ayúdanos a permanecer unidos por la oración en familia en los momentos de gozo y de dolor. Enséñanos a ver a Jesucristo en los miembros de nuestra familia especialmente en los momentos de angustia.
Haz que el corazón de Jesús Eucaristía haga nuestros corazones mansos y humildes como el suyo y ayúdanos a sobrellevar las obligaciones familiares de una manera santa. Haz que nos amemos más y más unos a otros cada día como Dios nos ama a cada uno de nosotros y a perdonarnos mutuamente nuestras faltas como Tú perdonas nuestros pecados.
Ayúdanos, Padre amado, a recibir todo lo que nos das y a dar todo lo que quieres que demos con una gran sonrisa. Amén.
(Inspirada en una oración de Santa Teresa de Calcuta)