COSAS CONOCIDAS, PERO NO BIEN SABIDAS
1er mandamiento: Oír la Santa Misa entera el domingo y fiestas de precepto.
Los fieles se santifican principalmente con la participación en la Santa Misa el domingo. «Cumple el precepto de participar en la Misa quien asiste a ella, dondequiera que se celebre en un rito católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde (CIC, can. 1248)» (Catecismo, 2180). Por “tarde” se ha de entender aquí en torno a la hora canónica de Vísperas (aproximadamente entre las 4PM y las 6 de la tarde), o después. El precepto vincula a los fieles, «a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (Cf. CIC, can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave» (Catecismo, 2181). Con este mandamiento se exige a los fieles participar en la celebración eucarística, en la que se reúne la comunidad cristiana, el día en que se conmemora la Resurrección del Señor, y en aquellas principales fiestas litúrgicas que conmemoran los misterios del Señor, la Virgen Maria y los santos. Procura que no falte a los fieles el alimento que les hace falta absolutamente para vivir como hijos de Dios.
2º mandamiento: Confesar los pecados graves al menos una vez al año,
o en peligro de muerte y si se ha de comulgar, reconociendo que está en pecado grave. Confesar sin cumplir voluntariamente con los actos del penitente (por ej. no estar arrepentido o no tener propósito de enmienda) la convierte en una confesión sacrílega. La confesión frecuente es recomendable para quienes quieren ir perfeccionando su vida.
3er mandamiento: Comulgar por Pascua de Resurrección.
Este mandamiento garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo de Cristo. Siempre hay que comulgar en estado de gracia (lo contario sería un sacrilegio) y cumplir con el ayuno eucarístico (una hora antes de la Comunión). Se debe de recibir la comunión dentro de la Misa, los enfermos o ancianos incapacitados para asistir a Misa pueden recibir en sus casas, hospitales,etc. y en peligro de muerte, el viático.
4º mandamiento: Abstenerse de comer carne y ayunar en los días establecidos por la Iglesia.
(v. Catecismo de la Iglesia 2043).
La idea de este mandamiento, como las otras normas de la Iglesia, es garantizar a los fieles un mínimo indispensable en el esfuerzo espiritual. Son de carácter obligatorio porque los promulga la autoridad eclesiástica legítima (cf. Catecismo 2041). Éste en particular asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas y para adquirir el dominio sobre nuestros instintos y la libertad del corazón (cf. Catecismo 2043; CIC can. 1249-1251).
Por ser una norma obligatoria, no cumplirla a sabiendas, voluntariamente y sin una razón de peso (por ej. la edad o una condición de salud), es una falta que requiere acudir a la Confesión. No vale decir siempre “ay se me olvidó” porque, así como debemos estar enfocados en nuestros estudios o trabajo, así también debemos enfocarnos en lo que atañe a nuestra vida espiritual. Además, pensemos que es tan poquito lo que se nos exige: dos días de ayuno en todo el año y dejar de comer carne algunos días.
Cuando se manda ayuno tampoco quiere decir no comer nada. Lo que se pide es hacer una comida completa y dos pequeñas ese día. Si uno desea hacer un ayuno más fuerte eso es opcional y se puede hacer consultando con su director espiritual.
En PR nuestra conferencia episcopal estableció hace muchos años lo siguiente:
Son días de ayuno y abstinencia el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Serán días de sola abstinencia los demás viernes de Cuaresma. Los demás viernes del año se observarán como días de penitencia (Normas Compl. Art. 23, CIC 1251). Se está obligado a la abstinencia a partir de los 14 años. El ayuno obliga a partir de los 18 años hasta los 59 cumplidos. Los días de penitencia (fuera de los viernes de Cuaresma) se podrá escoger de entre siguientes opciones:
a) ABSTINENCIA de carne y licor.
b) ACTO DE PIEDAD que puede ser el rosario en familia o la asistencia a Misa o el Vía Crucis.
c) ACTO DE MISERICORDIA visitando enfermos necesitados tanto en algún hospital como en su residencia.
d) ACTOS DE LIMOSNA entregando una cantidad congrua a pobres, en especial a algún asilo de ancianos o de niños pobres en un hospital de beneficencia. (Normas Compl. Art 24, CIC 1253).
Luego tenemos un pequeño ayuno requerido para recibir la Comunión. Una hora antes de recibir la santísima Eucaristía no se debe tomar ningún alimento ni bebida, a excepción de agua y de medicinas. Los anciano o enfermas y quienes los cuidan, pueden recibir la santísima Eucaristía aunque hayan tomado algo en la hora inmediatamente anterior, o guardar al menos 15 min. de ayuno antes de la Comunión (cf. CIC 919).
La idea de este mandamiento, como las otras normas de la Iglesia, es garantizar a los fieles un mínimo indispensable en el esfuerzo espiritual. Son de carácter obligatorio porque los promulga la autoridad eclesiástica legítima (cf. Catecismo 2041). Éste en particular asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas y para adquirir el dominio sobre nuestros instintos y la libertad del corazón (cf. Catecismo 2043; CIC can. 1249-1251).
Por ser una norma obligatoria, no cumplirla a sabiendas, voluntariamente y sin una razón de peso (por ej. la edad o una condición de salud), es una falta que requiere acudir a la Confesión. No vale decir siempre “ay se me olvidó” porque, así como debemos estar enfocados en nuestros estudios o trabajo, así también debemos enfocarnos en lo que atañe a nuestra vida espiritual. Además, pensemos que es tan poquito lo que se nos exige: dos días de ayuno en todo el año y dejar de comer carne algunos días.
Cuando se manda ayuno tampoco quiere decir no comer nada. Lo que se pide es hacer una comida completa y dos pequeñas ese día. Si uno desea hacer un ayuno más fuerte eso es opcional y se puede hacer consultando con su director espiritual.
En PR nuestra conferencia episcopal estableció hace muchos años lo siguiente:
Son días de ayuno y abstinencia el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Serán días de sola abstinencia los demás viernes de Cuaresma. Los demás viernes del año se observarán como días de penitencia (Normas Compl. Art. 23, CIC 1251). Se está obligado a la abstinencia a partir de los 14 años. El ayuno obliga a partir de los 18 años hasta los 59 cumplidos. Los días de penitencia (fuera de los viernes de Cuaresma) se podrá escoger de entre siguientes opciones:
a) ABSTINENCIA de carne y licor.
b) ACTO DE PIEDAD que puede ser el rosario en familia o la asistencia a Misa o el Vía Crucis.
c) ACTO DE MISERICORDIA visitando enfermos necesitados tanto en algún hospital como en su residencia.
d) ACTOS DE LIMOSNA entregando una cantidad congrua a pobres, en especial a algún asilo de ancianos o de niños pobres en un hospital de beneficencia. (Normas Compl. Art 24, CIC 1253).
Luego tenemos un pequeño ayuno requerido para recibir la Comunión. Una hora antes de recibir la santísima Eucaristía no se debe tomar ningún alimento ni bebida, a excepción de agua y de medicinas. Los anciano o enfermas y quienes los cuidan, pueden recibir la santísima Eucaristía aunque hayan tomado algo en la hora inmediatamente anterior, o guardar al menos 15 min. de ayuno antes de la Comunión (cf. CIC 919).
5to mandamiento: Ayudar a la Santa Madre Iglesia en sus necesidades.
Ayudar a la Santa Madre Iglesia en sus necesidades de acuerdo con nuestras capacidades y colaborar para la manutención de nuestra comunidad católica, a fin de seguir expandiendo el Reino de Jesús en la Tierra. Es interesante que esta redacción del mandamiento no se limita pedir que demos algún dinero a la Iglesia para que ésta pueda cubrir unos gastos. Si hablamos de extender el Reino de Dios, no basta con que demos un dinerito, hace falta que, como hemos dicho durante toda la Cuaresma, discernamos cuáles son nuestros talentos, carismas, etc. y cómo ponerlos junto a nuestro tiempo, así como los bienes materiales, al servicio de la Iglesia para que se difunda el Evangelio y se vaya edificando el Reino de Dios.