VÍA MATRIS
Aunque no es un requisito, es conveniente tener las imágenes del Vía Matris. Puede ser una lámina por cada estación o una más grande con todas. Si tienen computadora o celular se pueden encontrar las imágenes también por internet. Sino bastaría, al menos, tener una imagen o cuadro de la Virgen Dolorosa o la Pietà. Es bueno motivar la participación de todos los miembros de la familia, incluso los que viven lejos si se hace el encuentro por medio de alguna plataforma cibernética que permita que se conecten virtualmente.
Dirigente: Por la señal de la santa cruz...
Todos: Amén.
Dirigente y/o todos: Oh Virgen Santísima, concédenos el poder meditar en tus siete dolores en este tiempo de Cuaresma, acompañándote en este camino de fe y abandono a la voluntad de Dios. Ponemos en tus manos maternales, para que a su vez las pongas en las manos de tu Hijo, nuestras humildes intenciones y necesidades: (se presentan las intenciones para la corona).
Dirigente: Gloria al Padre...
Todos: Como era...
Primer Dolor: La Profecía del justo Simeón
Lector: Lectura del Evangelio según san Lucas (Lc 2, 27-35)
Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel”. Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.
Después de bendecirlos, Simeón dijo a María, su madre: “Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones”.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Santa María...
Santa Madre de Dios...
Madre del Crucificado...
Madre del corazón traspasado...
Madre del Redentor...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
Estaba la Madre dolorosa junto a la Cruz, lacrimosa, mientras pendía el Hijo. Cuya ánima gimiente, contristada y doliente atravesó la espada.
Segundo Dolor: La huida a Egipto
Lector: Lectura del Evangelio según san Mateo (Mt 2, 13-14)
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Madre de los redimidos...
Madre de los que viven...
Madre de los discípulos...
Virgen obediente...
Virgen oferente...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
¡Oh cuán triste y afligida estuvo aquella bendita Madre del Unigénito! Languidecía y se dolía la piadosa Madre que veía las penas de su excelso Hijo.
Tercer Dolor: El Niño Jesús se queda en el templo de Jerusalén
Lector: Lectura del Evangelio según san Lucas (Lc 2, 41-50)
Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: “Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando”. Él les dijo: “Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Virgen fiel...
Virgen del silencio...
Virgen del perdón...
Virgen de la espera...
Señora exiliada...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
¿Qué hombre no lloraría si a la Madre de Cristo viera en tanto suplicio? ¿Quién no se entristecería a la Madre contemplando con su doliente Hijo?
Cuarto Dolor: María encuentra a Jesús con la cruz, camino al Calvario
Lector: Lectura del Evangelio según san Lucas (Lc 23, 27s)
Lo seguía muchísima gente, especialmente mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Mujer fuerte...
Mujer intrépida...
Mujer de dolores...
Mujer de la nueva alianza...
Mujer de la esperanza...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
Por los pecados de su gente vio a Jesús en los tormentos y doblegado por los azotes. Vio a su dulce Hijo muriendo desolado al entregar su espíritu.
Quinto Dolor: María es testigo de la Crucifixión y muerte de Jesús
Lector: Lectura del Evangelio según san Juan (Jn 19, 25-27)
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre.” Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Nueva Eva...
Colaboradora del Redentor...
Sierva de la redención...
Defensora de los inocentes...
Coraje de los perseguidos...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
Ea, Madre, fuente de amor, hazme sentir tu dolor, contigo quiero llorar. Haz que mi corazón arda en el amor de mi Dios y en cumplir su voluntad.
Sexto Dolor: María recibe el cuerpo de Jesús, bajado de la cruz
Lector: Lectura del Evangelio según san Mateo (Mt 27, 57-61)
Al atardecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había hecho discípulo de Jesús, y fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Pilato ordenó que se lo entregaran. Entonces José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo depositó en un sepulcro nuevo que se había hecho cavar en la roca. Después hizo rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, y se fue. María Magdalena y la otra María estaban sentadas frente al sepulcro.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Fortaleza de los oprimidos...
Esperanza de los pecadores...
Consuelo de los afligidos...
Refugio de los pobres...
Consuelo de los exiliados...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
Santa Madre, yo te ruego que me traspases las llagas del Crucificado en el corazón. de tu Hijo malherido que por mí tanto sufrió reparte conmigo las penas.
Séptimo Dolor: La sepultura de Jesús y la soledad de María
Lector: Lectura del Evangelio según San Juan (Jn 19, 38, 41-42)
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo. En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado. Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Soporte de los débiles...
Alivio de los enfermos...
Reina de los mártires...
Gloria de la Iglesia...
Virgen de la Pascua...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
Déjame llorar contigo condolerme por tu Hijo mientras yo esté vivo. Junto a la Cruz contigo estar y contigo asociarme en el llanto es mi deseo.
Oraciones finales (todos)
Un Padre nuestro y una Salve
Todos: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Celebraciones Familiares para la Cuaresma 2021
Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico
Dirigente: Por la señal de la santa cruz...
Todos: Amén.
Dirigente y/o todos: Oh Virgen Santísima, concédenos el poder meditar en tus siete dolores en este tiempo de Cuaresma, acompañándote en este camino de fe y abandono a la voluntad de Dios. Ponemos en tus manos maternales, para que a su vez las pongas en las manos de tu Hijo, nuestras humildes intenciones y necesidades: (se presentan las intenciones para la corona).
Dirigente: Gloria al Padre...
Todos: Como era...
Primer Dolor: La Profecía del justo Simeón
Lector: Lectura del Evangelio según san Lucas (Lc 2, 27-35)
Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel”. Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.
Después de bendecirlos, Simeón dijo a María, su madre: “Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones”.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Santa María...
Santa Madre de Dios...
Madre del Crucificado...
Madre del corazón traspasado...
Madre del Redentor...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
Estaba la Madre dolorosa junto a la Cruz, lacrimosa, mientras pendía el Hijo. Cuya ánima gimiente, contristada y doliente atravesó la espada.
Segundo Dolor: La huida a Egipto
Lector: Lectura del Evangelio según san Mateo (Mt 2, 13-14)
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Madre de los redimidos...
Madre de los que viven...
Madre de los discípulos...
Virgen obediente...
Virgen oferente...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
¡Oh cuán triste y afligida estuvo aquella bendita Madre del Unigénito! Languidecía y se dolía la piadosa Madre que veía las penas de su excelso Hijo.
Tercer Dolor: El Niño Jesús se queda en el templo de Jerusalén
Lector: Lectura del Evangelio según san Lucas (Lc 2, 41-50)
Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: “Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando”. Él les dijo: “Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Virgen fiel...
Virgen del silencio...
Virgen del perdón...
Virgen de la espera...
Señora exiliada...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
¿Qué hombre no lloraría si a la Madre de Cristo viera en tanto suplicio? ¿Quién no se entristecería a la Madre contemplando con su doliente Hijo?
Cuarto Dolor: María encuentra a Jesús con la cruz, camino al Calvario
Lector: Lectura del Evangelio según san Lucas (Lc 23, 27s)
Lo seguía muchísima gente, especialmente mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Mujer fuerte...
Mujer intrépida...
Mujer de dolores...
Mujer de la nueva alianza...
Mujer de la esperanza...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
Por los pecados de su gente vio a Jesús en los tormentos y doblegado por los azotes. Vio a su dulce Hijo muriendo desolado al entregar su espíritu.
Quinto Dolor: María es testigo de la Crucifixión y muerte de Jesús
Lector: Lectura del Evangelio según san Juan (Jn 19, 25-27)
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre.” Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Nueva Eva...
Colaboradora del Redentor...
Sierva de la redención...
Defensora de los inocentes...
Coraje de los perseguidos...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
Ea, Madre, fuente de amor, hazme sentir tu dolor, contigo quiero llorar. Haz que mi corazón arda en el amor de mi Dios y en cumplir su voluntad.
Sexto Dolor: María recibe el cuerpo de Jesús, bajado de la cruz
Lector: Lectura del Evangelio según san Mateo (Mt 27, 57-61)
Al atardecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había hecho discípulo de Jesús, y fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Pilato ordenó que se lo entregaran. Entonces José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo depositó en un sepulcro nuevo que se había hecho cavar en la roca. Después hizo rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, y se fue. María Magdalena y la otra María estaban sentadas frente al sepulcro.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Fortaleza de los oprimidos...
Esperanza de los pecadores...
Consuelo de los afligidos...
Refugio de los pobres...
Consuelo de los exiliados...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
Santa Madre, yo te ruego que me traspases las llagas del Crucificado en el corazón. de tu Hijo malherido que por mí tanto sufrió reparte conmigo las penas.
Séptimo Dolor: La sepultura de Jesús y la soledad de María
Lector: Lectura del Evangelio según San Juan (Jn 19, 38, 41-42)
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo. En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado. Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.
(Breve silencio)
A las letanías respondemos “Ruega por nosotros”.
Lector:
Soporte de los débiles...
Alivio de los enfermos...
Reina de los mártires...
Gloria de la Iglesia...
Virgen de la Pascua...
Lector: Dios te salve María...
Todos: Santa María Madre de Dios...
(Se repite 3 veces.)
Déjame llorar contigo condolerme por tu Hijo mientras yo esté vivo. Junto a la Cruz contigo estar y contigo asociarme en el llanto es mi deseo.
Oraciones finales (todos)
Un Padre nuestro y una Salve
Todos: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Celebraciones Familiares para la Cuaresma 2021
Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico