Se concede indulgencia plenaria aplicable a las almas del purgatorio por estas obras de piedad de los fieles:
1. Del 1 al 8 de noviembre a quien visite devotamente un cementerio y ore por los difuntos
2. El 2 de noviembre a quien visite una iglesia u oratorio rezando un Padre nuestro y un credo (manual de indulgencias n.29)
Nosotros, independientemente de cómo hayan muerto las personas, no sabemos dónde están las almas, salvo los que son canonizados, a quien el Papa, con su autoridad nos dice que ya están en el cielo. Hoy curiosamente asistimos a una actitud de super presunción con las cual enseguida que alguien muere muchos dicen que ya está en el cielo.
Si eso fuera así ya serían santos y no habría que orar por ellos, pero estamos invitados a orar por todos los difuntos, aunque a nuestro juicio nos puedan parecer muy santos. Podemos pedir al Señor que acoja nuestras oraciones por tal o cual difunto, así como las indulgencias.
Como sólo Dios sabe dónde están las almas, si está en el purgatorio, por su misericordia puede aplicar la indulgencia para quien le pedimos, pero si ya ha llegado al cielo, el Señor puede aplicar esa gracia a quién lo desee, pues sólo Él dispone de todas estas cosas y sabe quién lo necesita más.
Para ganar indulgencias hay que estar bautizado, estar en gracia (al menos al terminar la obra indulgenciada) y tener deseo de verdadera conversión.
Para ganar la indulgencia plenaria, además haberse confesado 8 días antes o después de la obra indulgenciada, se debe rezar por el Papa y sus intenciones. Se gana una sola indulgencia plenaria al día. Basta una confesión para varias indulgencias en esos 8 días siguientes, pero la oración por el Papa y comulgar se debe hacer para cada caso (cf. Manual de indulgencias, normas 17.18.20)
1. Del 1 al 8 de noviembre a quien visite devotamente un cementerio y ore por los difuntos
2. El 2 de noviembre a quien visite una iglesia u oratorio rezando un Padre nuestro y un credo (manual de indulgencias n.29)
Nosotros, independientemente de cómo hayan muerto las personas, no sabemos dónde están las almas, salvo los que son canonizados, a quien el Papa, con su autoridad nos dice que ya están en el cielo. Hoy curiosamente asistimos a una actitud de super presunción con las cual enseguida que alguien muere muchos dicen que ya está en el cielo.
Si eso fuera así ya serían santos y no habría que orar por ellos, pero estamos invitados a orar por todos los difuntos, aunque a nuestro juicio nos puedan parecer muy santos. Podemos pedir al Señor que acoja nuestras oraciones por tal o cual difunto, así como las indulgencias.
Como sólo Dios sabe dónde están las almas, si está en el purgatorio, por su misericordia puede aplicar la indulgencia para quien le pedimos, pero si ya ha llegado al cielo, el Señor puede aplicar esa gracia a quién lo desee, pues sólo Él dispone de todas estas cosas y sabe quién lo necesita más.
Para ganar indulgencias hay que estar bautizado, estar en gracia (al menos al terminar la obra indulgenciada) y tener deseo de verdadera conversión.
Para ganar la indulgencia plenaria, además haberse confesado 8 días antes o después de la obra indulgenciada, se debe rezar por el Papa y sus intenciones. Se gana una sola indulgencia plenaria al día. Basta una confesión para varias indulgencias en esos 8 días siguientes, pero la oración por el Papa y comulgar se debe hacer para cada caso (cf. Manual de indulgencias, normas 17.18.20)