La Penitencia
Recién empezada la cuaresma alguien comentaba por Facebook que no pensaba que Dios quería que hiciéramos penitencia. Démosle pensamiento a eso pues tal vez no entendemos bien lo que es penitencia.
El B. Papa Pablo VI en su Constitución apostólica Paenitemini en la que reforma la disciplina eclesiástica de la penitencia nos dice que “la invitación de Jesús a la conversión (metánoia) resulta mucho más indeclinable en cuanto que él no sólo la predica, sino que él mismo se ofrece como ejemplo de penitencia. Pues Cristo es el modelo supremo de penitentes; quiso padecer la pena por pecados que no eran suyos, sino de los demás… Por ello, siguiendo al Maestro, cada cristiano debe renunciar a sí mismo, tomar su cruz, participar en los padecimientos de Cristo; transformado de esta forma en una imagen de su muerte, se hace capaz de merecer la gloria de la resurrección. También, siguiendo al Maestro, ya no podrá vivir para sí mismo, sino para aquél que lo amé y se entregó por él y tendrá también que vivir para los hermanos, “completando en su carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia” (Cf. Flp 3, 10-11; Rm 8, 17; Rm 6, 10; 14, 8; 2Co 5, 15; Flp 1, 21;Ga 2, 20; Col 1, 24).
Pensemos en los atletas, tanto profesionales como aficionados, ¿cuántos sacrificios hacen? Sacrifican su tiempo pues hay que renunciar a una gran parte del tiempo libre para hacer otras cosas para mejorar su condición. Deben tener una dieta, consumir una cantidad adecuada de carbohidratos, proteínas y grasas, y renunciar a sus alimentos preferidos y negarse antojos. Deben cuidar y a veces sacrificar su sueño pues hay que empezar temprano y trabajar hasta tarde en algunos casos. Sacrificar su descanso, no tomar fines de semana libres ni días festivos. Seguir un horario estricto para dormir y levantarse. Tendrá que aprender a sacrificarse y ser recio para trabajar incluso con dolor, especialmente si tiene un grupo de compañeros que dependen de ti para conseguir la victoria.
¿Cómo no vamos a hacer penitencia para nuestro bien espiritual, si para trofeos y medallas de este mundo, que se marchitan nos sacrificamos tanto a veces (1Cor 9,24s)?
P.Leo
Recién empezada la cuaresma alguien comentaba por Facebook que no pensaba que Dios quería que hiciéramos penitencia. Démosle pensamiento a eso pues tal vez no entendemos bien lo que es penitencia.
El B. Papa Pablo VI en su Constitución apostólica Paenitemini en la que reforma la disciplina eclesiástica de la penitencia nos dice que “la invitación de Jesús a la conversión (metánoia) resulta mucho más indeclinable en cuanto que él no sólo la predica, sino que él mismo se ofrece como ejemplo de penitencia. Pues Cristo es el modelo supremo de penitentes; quiso padecer la pena por pecados que no eran suyos, sino de los demás… Por ello, siguiendo al Maestro, cada cristiano debe renunciar a sí mismo, tomar su cruz, participar en los padecimientos de Cristo; transformado de esta forma en una imagen de su muerte, se hace capaz de merecer la gloria de la resurrección. También, siguiendo al Maestro, ya no podrá vivir para sí mismo, sino para aquél que lo amé y se entregó por él y tendrá también que vivir para los hermanos, “completando en su carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia” (Cf. Flp 3, 10-11; Rm 8, 17; Rm 6, 10; 14, 8; 2Co 5, 15; Flp 1, 21;Ga 2, 20; Col 1, 24).
Pensemos en los atletas, tanto profesionales como aficionados, ¿cuántos sacrificios hacen? Sacrifican su tiempo pues hay que renunciar a una gran parte del tiempo libre para hacer otras cosas para mejorar su condición. Deben tener una dieta, consumir una cantidad adecuada de carbohidratos, proteínas y grasas, y renunciar a sus alimentos preferidos y negarse antojos. Deben cuidar y a veces sacrificar su sueño pues hay que empezar temprano y trabajar hasta tarde en algunos casos. Sacrificar su descanso, no tomar fines de semana libres ni días festivos. Seguir un horario estricto para dormir y levantarse. Tendrá que aprender a sacrificarse y ser recio para trabajar incluso con dolor, especialmente si tiene un grupo de compañeros que dependen de ti para conseguir la victoria.
¿Cómo no vamos a hacer penitencia para nuestro bien espiritual, si para trofeos y medallas de este mundo, que se marchitan nos sacrificamos tanto a veces (1Cor 9,24s)?
P.Leo