XXXIII DOMINGO DURANTE EL AÑO (CICLO B)
SOLEMNIDAD DE MARÍA,
MADRE DE LA MISERICORDIA JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES
17 DE NOVIEMBRE DE 2024
Cosas conocidas...
...¡pero no bien sabidas!
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Horarios de Misas
Lunes a viernes 6:30am y 12:15pm
Sábado 6:30pm (Vespertina de domingo)
Domingo 9:00am, 11:30 am y 6:30 pm
Agradecemos que den preferencia a hacer su ofrenda electrónicamente (ATH móvil o Givelify).
Sábado 6:30pm (Vespertina de domingo)
Domingo 9:00am, 11:30 am y 6:30 pm
Agradecemos que den preferencia a hacer su ofrenda electrónicamente (ATH móvil o Givelify).
Las confesiones serán media hora (30 min.) previo a las misas dominicales en sábado (vigila) y domingo. Si desea puede hacer cita para confesarse en la semana.
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Avisos
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Fiesta de Ntra. Sra. de la Providencia, Patrona de PR:
Domingo 17: Concierto Mariano-Misionero, 3:00pm en el Santuario. Santa Misa con la delegación canadiense al CAM6, 4:00pm.
DICIEMBRE
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Fiesta de Nuestra Señora de la Providencia, Patrona de PR
en el Santuario Nacional
¿Cuándo será el juicio final? ¿En qué consistirá?
La resurrección de todos los muertos, “de los justos y de los pecadores” (Hch 24, 15), precederá al Juicio final. Esta será “la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz [...] y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación” (Jn 5, 28-29). Entonces, Cristo vendrá “en su gloria acompañado de todos sus ángeles [...] Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a su izquierda [...] E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna” (Mt 25, 31.32).
El Juicio final sucederá cuando vuelva Cristo glorioso. Sólo el Padre conoce el día y la hora en que tendrá lugar; sólo Él decidirá su advenimiento. Entonces Él pronunciará por medio de su Hijo Jesucristo, su palabra definitiva sobre toda la historia. Nosotros conoceremos el sentido último de toda la obra de la creación y de toda la economía de la salvación, y comprenderemos los caminos admirables por los que su Providencia habrá conducido todas las cosas a su fin último. El Juicio final revelará que la justicia de Dios triunfa de todas las injusticias cometidas por sus criaturas y que su amor es más fuerte que la muerte (cf. Ct 8, 6).
El mensaje del Juicio final llama a la conversión mientras Dios da a los hombres todavía “el tiempo favorable, el tiempo de salvación” (2Co 6, 2). Inspira el santo temor de Dios. Compromete para la justicia del Reino de Dios. Anuncia la “bienaventurada esperanza” (Tt 2, 13) de la vuelta del Señor que “vendrá para ser glorificado en sus santos y admirado en todos los que hayan creído” (2Ts 1, 10).
Catecismo de la Iglesia católica, 1038-1041.
La resurrección de todos los muertos, “de los justos y de los pecadores” (Hch 24, 15), precederá al Juicio final. Esta será “la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz [...] y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación” (Jn 5, 28-29). Entonces, Cristo vendrá “en su gloria acompañado de todos sus ángeles [...] Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a su izquierda [...] E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna” (Mt 25, 31.32).
El Juicio final sucederá cuando vuelva Cristo glorioso. Sólo el Padre conoce el día y la hora en que tendrá lugar; sólo Él decidirá su advenimiento. Entonces Él pronunciará por medio de su Hijo Jesucristo, su palabra definitiva sobre toda la historia. Nosotros conoceremos el sentido último de toda la obra de la creación y de toda la economía de la salvación, y comprenderemos los caminos admirables por los que su Providencia habrá conducido todas las cosas a su fin último. El Juicio final revelará que la justicia de Dios triunfa de todas las injusticias cometidas por sus criaturas y que su amor es más fuerte que la muerte (cf. Ct 8, 6).
El mensaje del Juicio final llama a la conversión mientras Dios da a los hombres todavía “el tiempo favorable, el tiempo de salvación” (2Co 6, 2). Inspira el santo temor de Dios. Compromete para la justicia del Reino de Dios. Anuncia la “bienaventurada esperanza” (Tt 2, 13) de la vuelta del Señor que “vendrá para ser glorificado en sus santos y admirado en todos los que hayan creído” (2Ts 1, 10).
Catecismo de la Iglesia católica, 1038-1041.
CÁPSULA 5
Espíritu Santo, Protagonista de la Misión y del CAM6
Andar en el Espíritu, y dar frutos según el Espíritu, es dar testimonio de Jesús. Y esta es la tarea del Espíritu de la Verdad en la vida de los creyentes: interiorizar en sus corazones la verdad del mensaje de la buena nueva del reino de los Cielos, que Jesús nos comunicó. Es el mismo Espíritu, quien anima los preparativos del Sexto Congreso Americano Misionero a celebrarse en Puerto Rico en el 2024. Ha iniciado un camino de animación misionera a través de la peregrinación de la antorcha de la fe y la presentación oficial de los elementos orientadores del CAM6.
El texto bíblico iluminador es de Hechos de los Apóstoles 1,8: “Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre ustedes, y serán mis testigos... hasta los confines de la tierra”. El tema se desprende del texto bíblico y de la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium: Evangelizadores con Espíritu hasta los confines de la tierra. El lema del CAM6: América, con la fuerza del Espíritu, testigos de Cristo. Por último, el objetivo del Congreso procura impulsar con nuevo ardor la misión ad gentes de la Iglesia, caminando juntos a la escucha del Espíritu, para ser testigos de la fe en Jesucristo en la realidad de nuestros pueblos y hasta los confines de la tierra.
Que el Espíritu Santo nos mueva hoy a continuar compartiendo la alegría del Evangelio, aquí en Puerto Rico y en el mundo entero.
Martes 19: Misa de Apertura del CAM6 en el Auditorio Juan "Pachín" Vicéns de Ponce, 10:00am. Apúntese para la guagua.
Andar en el Espíritu, y dar frutos según el Espíritu, es dar testimonio de Jesús. Y esta es la tarea del Espíritu de la Verdad en la vida de los creyentes: interiorizar en sus corazones la verdad del mensaje de la buena nueva del reino de los Cielos, que Jesús nos comunicó. Es el mismo Espíritu, quien anima los preparativos del Sexto Congreso Americano Misionero a celebrarse en Puerto Rico en el 2024. Ha iniciado un camino de animación misionera a través de la peregrinación de la antorcha de la fe y la presentación oficial de los elementos orientadores del CAM6.
El texto bíblico iluminador es de Hechos de los Apóstoles 1,8: “Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre ustedes, y serán mis testigos... hasta los confines de la tierra”. El tema se desprende del texto bíblico y de la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium: Evangelizadores con Espíritu hasta los confines de la tierra. El lema del CAM6: América, con la fuerza del Espíritu, testigos de Cristo. Por último, el objetivo del Congreso procura impulsar con nuevo ardor la misión ad gentes de la Iglesia, caminando juntos a la escucha del Espíritu, para ser testigos de la fe en Jesucristo en la realidad de nuestros pueblos y hasta los confines de la tierra.
Que el Espíritu Santo nos mueva hoy a continuar compartiendo la alegría del Evangelio, aquí en Puerto Rico y en el mundo entero.
Martes 19: Misa de Apertura del CAM6 en el Auditorio Juan "Pachín" Vicéns de Ponce, 10:00am. Apúntese para la guagua.
Por los afectados por las inclemencias del tiempo en España, Cuba y otros países.
“Oremos para que todos los padres que lloran la muerte de un hijo o una hija encuentren apoyo en la comunidad y obtengan del Espíritu consolador la paz del corazón”.
Libro del mes
“Escatología: La muerte y la vida eterna”, por J. Ratzinger.
Fiestas y Memorias
VIII Jornada Mundial de los Pobres
Del Mensaje Papa Francisco:
La oración del pobre sube hasta Dios (cf. Sirácida 21,5)
5. En este año dedicado a la oración, necesitamos hacer nuestra la oración de los pobres y rezar con ellos. Es un desafío que debemos acoger y una acción pastoral que necesita ser alimentada. De hecho, «la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe. La opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria» (ibíd., 200).
Todo esto requiere un corazón humilde, que tenga la valentía de convertirse en mendigo. Un corazón dispuesto a reconocerse pobre y necesitado. En efecto, existe una correspondencia entre pobreza, humildad y confianza. El verdadero pobre es el humilde, como afirmaba el santo obispo Agustín: «El pobre no tiene de qué enorgullecerse; el rico tiene contra qué luchar. Escúchame, pues: sé verdadero pobre, sé piadoso, sé humilde» (Sermón 14,3.4). El humilde no tiene nada de que presumir y nada pretende, sabe que no puede contar consigo mismo, pero cree firmemente que puede apelarse al amor misericordioso de Dios, ante el cual está como el hijo pródigo que vuelve a casa arrepentido para recibir el abrazo del padre (cf. Lc 15,11-24). El pobre, no teniendo nada en que apoyarse, recibe fuerza de Dios y en Él pone toda su confianza. De hecho, la humildad genera la confianza de que Dios nunca nos abandonará ni nos dejará sin respuesta.
6. A los pobres que habitan en nuestras ciudades y forman parte de nuestras comunidades les digo: ¡no pierdan esta certeza! Dios está atento a cada uno de ustedes y está a su lado. No los olvida ni podría hacerlo nunca. Todos hemos tenido la experiencia de una oración que parece quedar sin respuesta. A veces pedimos ser liberados de una miseria que nos hace sufrir y nos humilla, y puede parecer que Dios no escucha nuestra invocación. Pero el silencio de Dios no es distracción de nuestros sufrimientos; más bien, custodia una palabra que pide ser escuchada con confianza, abandonándonos a Él y a su voluntad. Es de nuevo Sirácida quien lo atestigua: “la sentencia divina no se hace esperar en favor del pobre” (cf. Si 21,5). De la palabra pobreza, por tanto, puede brotar el canto de la más genuina esperanza. Recordemos que «cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. [...] Esa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 2).
5. En este año dedicado a la oración, necesitamos hacer nuestra la oración de los pobres y rezar con ellos. Es un desafío que debemos acoger y una acción pastoral que necesita ser alimentada. De hecho, «la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe. La opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria» (ibíd., 200).
Todo esto requiere un corazón humilde, que tenga la valentía de convertirse en mendigo. Un corazón dispuesto a reconocerse pobre y necesitado. En efecto, existe una correspondencia entre pobreza, humildad y confianza. El verdadero pobre es el humilde, como afirmaba el santo obispo Agustín: «El pobre no tiene de qué enorgullecerse; el rico tiene contra qué luchar. Escúchame, pues: sé verdadero pobre, sé piadoso, sé humilde» (Sermón 14,3.4). El humilde no tiene nada de que presumir y nada pretende, sabe que no puede contar consigo mismo, pero cree firmemente que puede apelarse al amor misericordioso de Dios, ante el cual está como el hijo pródigo que vuelve a casa arrepentido para recibir el abrazo del padre (cf. Lc 15,11-24). El pobre, no teniendo nada en que apoyarse, recibe fuerza de Dios y en Él pone toda su confianza. De hecho, la humildad genera la confianza de que Dios nunca nos abandonará ni nos dejará sin respuesta.
6. A los pobres que habitan en nuestras ciudades y forman parte de nuestras comunidades les digo: ¡no pierdan esta certeza! Dios está atento a cada uno de ustedes y está a su lado. No los olvida ni podría hacerlo nunca. Todos hemos tenido la experiencia de una oración que parece quedar sin respuesta. A veces pedimos ser liberados de una miseria que nos hace sufrir y nos humilla, y puede parecer que Dios no escucha nuestra invocación. Pero el silencio de Dios no es distracción de nuestros sufrimientos; más bien, custodia una palabra que pide ser escuchada con confianza, abandonándonos a Él y a su voluntad. Es de nuevo Sirácida quien lo atestigua: “la sentencia divina no se hace esperar en favor del pobre” (cf. Si 21,5). De la palabra pobreza, por tanto, puede brotar el canto de la más genuina esperanza. Recordemos que «cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. [...] Esa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 2).
Horario de misas en parroquias vecinas
Ofrecemos el horario de las parroquias vecinas para que pueda asistir a misa en otras horas que les convengan. Enlaza aquí. |