Nueva exhortación del Papa Francisco sobre la santidad en nuestros días
1. ¿Qué es?
Se trata de una “exhortación apostólica”, un documento magisterial que a diferencia de las encíclicas se dirige especialmente a los católicos.
Se titula “alegraos y regocijaos”, o con su título en latín “gaudete et exultate”. Trata sobre la llamada a la santidad en el mundo actual. Es el quinto gran documento del papa.
2. ¿Cuáles son las novedades?
La gran novedad es el tema: recordar que los católicos pueden y deben aspirar a ser santos. El Papa explica que quiere “hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades”.
Con este documento francisco recoge toda la tradición de nuevas instituciones que surgieron en el siglo XX y que reconoció el concilio Vaticano II, y da un paso más explicando cómo vivir la propuesta cristiana en el contexto actual.
Dice todos estamos llamados a ser santos, viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra”. Recuerda que cada uno tiene su propio “camino de santidad” para sacar a la luz lo mejor de sí, y no hay que desgastarse intentando imitar algo que ha sido pensado para otros.
3. Ejemplos de santidad
Francisco propone mirar a “los santos de la puerta de al lado”. Por ejemplo, “los padres y madres que crían con tanto amor a sus hijos, hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, enfermos, religiosas ancianas que siguen sonriendo”. O la señora que no habla mal de las amigas; escucha con paciencia y cariño a los hijos; reza ante los problemas; y trata con afecto a los pobres.
4. El camino de la santidad
El Papa dice que la vía de la santidad son las bienaventuranzas y el protocolo sobre el cual seremos juzgados según san Mateo: «tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme».
Recuerda que las persecuciones no son una realidad del pasado, como ocurre con “las burlas que intentan desfigurar nuestra fe y hacernos pasar como seres ridículos”.
Avisa del peligro de quedarse con las exigencias del evangelio sin vivir una relación personal con Dios, y “convertir el cristianismo en una especie de ONG”; como también de “sospechar del compromiso social de los demás, considerándolo algo superficial, mundano, secularista, comunista, populista (…) como si solo interesara una determinada ética o defender una causa”.
5. Estilo de vida de los católicos
El Papa cierra el documento proponiendo cinco manifestaciones del amor a dios y al prójimo. Se trata de: aguante, paciencia y mansedumbre. Por ejemplo, lamenta que los cristianos usen violencia verbal en internet o que en medios se difame y se calumnie. En cambio el estilo de vida de la santidad debería reflejar: alegría y sentido del humor, audacia y fervor, contar con los demás (en comunidad) y oración constante.
6. El enemigo
En el último capítulo recuerda explícitamente que el diablo existe y que es algo más que un mito. Dice: “No pensemos que es un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea. Ese engaño nos lleva a bajar los brazos, a descuidarnos y a quedar más expuestos. Él no necesita poseernos. Nos envenena con el odio, con la tristeza, con la envidia, con los vicios. Y así, mientras nosotros bajamos la guardia, él aprovecha para destruir nuestra vida, nuestras familias y nuestras comunidades, porque «como león rugiente, ronda buscando a quien devorar»”.
7. Concluye recordando que con la santidad “está en juego el sentido de mi vida ante Dios que me conoce y me ama, el verdadero para qué de mi existencia que nadie conoce mejor que él”.
(cf. Rome Reports)
Se trata de una “exhortación apostólica”, un documento magisterial que a diferencia de las encíclicas se dirige especialmente a los católicos.
Se titula “alegraos y regocijaos”, o con su título en latín “gaudete et exultate”. Trata sobre la llamada a la santidad en el mundo actual. Es el quinto gran documento del papa.
2. ¿Cuáles son las novedades?
La gran novedad es el tema: recordar que los católicos pueden y deben aspirar a ser santos. El Papa explica que quiere “hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades”.
Con este documento francisco recoge toda la tradición de nuevas instituciones que surgieron en el siglo XX y que reconoció el concilio Vaticano II, y da un paso más explicando cómo vivir la propuesta cristiana en el contexto actual.
Dice todos estamos llamados a ser santos, viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra”. Recuerda que cada uno tiene su propio “camino de santidad” para sacar a la luz lo mejor de sí, y no hay que desgastarse intentando imitar algo que ha sido pensado para otros.
3. Ejemplos de santidad
Francisco propone mirar a “los santos de la puerta de al lado”. Por ejemplo, “los padres y madres que crían con tanto amor a sus hijos, hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, enfermos, religiosas ancianas que siguen sonriendo”. O la señora que no habla mal de las amigas; escucha con paciencia y cariño a los hijos; reza ante los problemas; y trata con afecto a los pobres.
4. El camino de la santidad
El Papa dice que la vía de la santidad son las bienaventuranzas y el protocolo sobre el cual seremos juzgados según san Mateo: «tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme».
Recuerda que las persecuciones no son una realidad del pasado, como ocurre con “las burlas que intentan desfigurar nuestra fe y hacernos pasar como seres ridículos”.
Avisa del peligro de quedarse con las exigencias del evangelio sin vivir una relación personal con Dios, y “convertir el cristianismo en una especie de ONG”; como también de “sospechar del compromiso social de los demás, considerándolo algo superficial, mundano, secularista, comunista, populista (…) como si solo interesara una determinada ética o defender una causa”.
5. Estilo de vida de los católicos
El Papa cierra el documento proponiendo cinco manifestaciones del amor a dios y al prójimo. Se trata de: aguante, paciencia y mansedumbre. Por ejemplo, lamenta que los cristianos usen violencia verbal en internet o que en medios se difame y se calumnie. En cambio el estilo de vida de la santidad debería reflejar: alegría y sentido del humor, audacia y fervor, contar con los demás (en comunidad) y oración constante.
6. El enemigo
En el último capítulo recuerda explícitamente que el diablo existe y que es algo más que un mito. Dice: “No pensemos que es un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea. Ese engaño nos lleva a bajar los brazos, a descuidarnos y a quedar más expuestos. Él no necesita poseernos. Nos envenena con el odio, con la tristeza, con la envidia, con los vicios. Y así, mientras nosotros bajamos la guardia, él aprovecha para destruir nuestra vida, nuestras familias y nuestras comunidades, porque «como león rugiente, ronda buscando a quien devorar»”.
7. Concluye recordando que con la santidad “está en juego el sentido de mi vida ante Dios que me conoce y me ama, el verdadero para qué de mi existencia que nadie conoce mejor que él”.
(cf. Rome Reports)