VI DOMINGO DE PASCUA (CICLO B)
5 DE MAYO DE 2024
¡Adelante... con fe! |
Una de las antífonas de Laudes reza así: “En ti, Señor, está la fuente viva.” Esta precede al salmo 35: “... y tu luz nos hace ver la luz.” ¡Hermoso!
Hoy, sexto domingo de Pascua, en el Evangelio de san Juan 15, 9-17, Jesús sigue insistiendo y nos llama a «permaneced en mi amor.» Entonces la pregunta es, ¿cómo hago para permanecer en su amor y ver su luz? ¿Cómo hago para caminar por el mundo tan falto de amor? La respuesta corta es: amando. Pero miremos esto con calma, porque amar no es nada fácil y menos amar hasta que duela. Para ‘permanecer en su amor’, bien sabemos que tenemos los recursos de la oración y los sacramentos. Y, ¿qué de cumplir su voluntad? Dice: «Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.» Suena complicado, pero no lo es. Miremos la segunda lectura, que contiene una buena clave: «En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de Él» (1Juan 4, 9). Comienzo a comprender entonces, el inmenso amor que Dios me tiene y que estoy llamado a corresponderlo ... ¿Cómo? «Esto os mando: que os améis unos a otros.» Es hermoso saberse amado por Dios y contagiar a otros ese amor. Recientemente, alguien me compartía que quería estar más cerca de Jesús y me preguntaba qué tenía que hacer. Le respondí, vas bien, porque lo primero es desearlo y lo segundo es pedir ayuda al Espíritu Santo. El camino espiritual no es nada fácil, pero les aseguro que está lleno de recompensas y regalos con los que Dios nos sorprende. Para verlos, hay que tener un corazón dispuesto y amar como Él nos ama. «Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios» (1Juan 4, 10). ¡Adelante con fe! Diácono Richie |
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 25-26. 34-35. 44-48
“El don del Espíritu Santo se ha derramado también sobre los gentiles”
Cuando iba a entrar Pedro, salió Cornelio a su encuentro y se echó a sus pies a modo de homenaje, pero Pedro lo alzó, diciendo:
– «Levántate, que soy un hombre como tú.»
Pedro tomó la palabra y dijo:
– «Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea.»
Todavía estaba hablando Pedro, cuando cayó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban sus palabras.
Al oírlos hablar en lenguas extrañas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes circuncisos, que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los gentiles.
Pedro añadió:
– «¿Se puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?»
Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo.
Le rogaron que se quedara unos días con ellos.
“El don del Espíritu Santo se ha derramado también sobre los gentiles”
Cuando iba a entrar Pedro, salió Cornelio a su encuentro y se echó a sus pies a modo de homenaje, pero Pedro lo alzó, diciendo:
– «Levántate, que soy un hombre como tú.»
Pedro tomó la palabra y dijo:
– «Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea.»
Todavía estaba hablando Pedro, cuando cayó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban sus palabras.
Al oírlos hablar en lenguas extrañas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes circuncisos, que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los gentiles.
Pedro añadió:
– «¿Se puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?»
Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo.
Le rogaron que se quedara unos días con ellos.
Salmo 97, 1. 2-3ab. 3cd-4
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas; su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R/.
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas; su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4, 7-10
“Dios es amor”
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.
“Dios es amor”
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.
El que me ama guardará mi palabra
–dice el Señor–,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 9-17
“Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros.»
–dice el Señor–,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 9-17
“Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros.»